Fernando, volviendo a sus orígenes como foodtrucker en París y junto a la experiencia en caterings de su mujer, decidió sacar a las calles la exótica y admirada comida tailandesa a bordo de Namwan Thai Food.
¿Cómo os adentrasteis en el movimiento Street Food?
Mi mujer es Tailandesa y cocinera, ella es la encargada de los catering de la embajada de Tailandia en Madrid y de la cámara de comercio. Por mi parte ya tuve un food truck en París a finales de los 70.
¿De dónde viene el nombre de vuestro food truck?
Es el nombre de mi hija que se llama Namwan… (significa Agua dulce en tailandés).
¿Cuál es vuestro plato estrella?
El famoso Pad Thai.
¿Qué os hace un food truck único? ¿Por qué deben visitaros?
Porque es elegante, y nuestra cocina lleva todos los sabores y aromas de Tailandia, siendo sus platos 100% elaborados con condimentos y productos tailandeses.
¿Cómo te imaginas el mundo del Street Food en 5 años?
Algo complicado, ya que el boom que ha dado este sistema de auto empleo está promoviendo que mucha gente se dediquen a promocionar eventos sin tener noción de los resultados y pidiendo cada vez más sumas importantes de dinero sin mirar por las personas que se dedican a intentar trabajar con sus caravanas o furgones. Hoy ya hay individuos, que te piden un elevado precio por la instalación, el 25 % de tus beneficios y en el caso de una de las organizaciones valencianas también cercan y piden 2 euros por poder entrar al recinto de Food trucks… Si esta carrera sigue así y no se pone un orden, la gente se desanimará y dejarán aparcadas su caravanas.
Tres consejos para futuros emprendedores de food trucks
Que sean profesionales y organizados, pero sobre todo que tengan en cuenta que los food trucks no se pueden fabricar a antojo de cada uno, la seguridad en carretera y en sitio de venta es lo mas primordial ya que los errores de unos al final lo pagamos todos.
¿Alguna anécdota que os haya ocurrido en algún evento?
Creo que en casi todos los eventos hay anécdotas que contar, pero las más desagradables son aquellas que terminan en fracaso por culpa de los inexpertos organizadores.